Las vacas son altamente susceptibles al estrés térmico, lo que afecta negativamente su producción de leche, fertilidad y bienestar general. Cuando la temperatura y humedad son elevadas, su rendimiento disminuye, ya que su capacidad para disipar el calor es limitada.
El estrés por calor disminuye hasta un 30% la producción lechera. Un ambiente climatizado permite que las vacas mantengan un consumo adecuado de alimento y producción estable. Las altas temperaturas afectan los ciclos reproductivos, reduciendo la tasa de concepción.
Con una climatización adecuada, la fertilidad y reproducción mejoran significativamente.
Aumento en la producción de leche
Mejor fertilidad
Reducción del estrés térmico
Menos enfermedades respiratorias y digestivas
Mayor bienestar y confort
Un sistema de enfriamiento efectivo permite que las vacas mantengan su temperatura corporal en niveles óptimos, evitando problemas metabólicos. Un ambiente ventilado y con control de humedad reduce la proliferación de bacterias y hongos, minimizando afecciones respiratorias y digestivas.
Las vacas que están cómodas descansan más, rinden mejor y tienen menor incidencia de enfermedades, favoreciendo su longevidad y productividad.